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El desarrollo de este blog en la materia “Proyectos de Investigación en Ciencias Naturales” esta destinado a los alumnos de 3er año A Polimodal del Instituto Don Bosco. El mismo es un esfuerzo por contribuir al desarrollo de la capacidad de abordar problemas desde una perspectiva científica, centrando su atención en el manejo de diversos procedimientos, y fundamentalmente, actitudes, sin que ello implique relegar los contenidos conceptuales. Por ultimo, también se pretende crear un espacio de construcción colectiva para el abordaje integral de la asignatura.


domingo, 9 de mayo de 2010

Ruptura y reconstrucción de la Ciencia Argentina

Con motivo de recordarles que el Viernes 14 de mayo vence el plazo de entrega del primer avance sobre la monografía “El desarrollo científico y tecnológico en Argentina”, se adjunta una síntesis de dos artículos, muy relevantes para concluir satisfactoriamente esta tarea.

R u p t u r a y r e c o n s t r u c c i ó n d e l a C i e n c i a A r g e n t i n a

Dr. José Lino Barañao

Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva

La recuperación de la ciencia argentina

La ciencia y la técnica en nuestro país fueron, durante décadas, relegadas de un modo intencional. La Noche

de Los Bastones Largos fue, sin duda, un antes y un después para la ciencia argentina. Más de 1500 científicos

abandonaron sus cargos en un solo día como producto de una política deliberada para implementar un

modelo de desarrollo en el que la ciencia quedaría, evidentemente, en un plano inferior.

Sin embargo, existen actualmente motivos para celebrar. Más de 700 científicos argentinos han vuelto a trabajar

en el país. Es ésta la cifra de retorno más importante de los últimos años. Y a ellos se suman los 4 mil investigadores

argentinos que trabajan en distintas partes del mundo, quienes a través de una vinculación sostenida,

permiten a la Argentina tener acceso a información de primer nivel y lograr cooperaciones científicas con

acceso a equipamiento altamente sofisticado.

En ese sentido, la experiencia de muchos profesionales en el exterior es extremadamente valiosa para la implementación

de este proceso de reconstrucción en nuestro país.

La Argentina ha creado, en los últimos años, condiciones no sólo para que estos investigadores puedan aportar

a la creación de conocimiento en el país, sino también para legitimar el proceso de generación de riquezas a partir del conocimiento originado en las universidades.

En este modelo, que apunta a diversificar nuestra matriz productiva y a crear empresas de base tecnológica no dependientes exclusivamente de la exportación de comodities sino de bienes y servicios de alto valor agregado, es imprescindible contar con profesionales de distintas disciplinas y fundamentalmente de aquellos que poseen una experiencia concreta en vincular la creación de conocimiento con la creación de riquezas, con la instauración de puestos de trabajo.

De allí que la formación de recursos humanos sea una de las principales políticas del Ministerio de Ciencia,

Tecnología e Innovación Productiva (MINCyT), no sólo en las áreas científico-tecnológicas tradicionales, sino también promoviendo la formación de “gerentes tecnológicos” capaces de articular proyectos que impulsen la transferencia de tecnología y la creación de nuevas empresas.

En este contexto, el Ministerio procura brindar soluciones concretas a los desafíos de la sociedad, promoviendo una conducta productiva que vincule lo que producen los investigadores, la economía y las necesidades sociales. En este sentido, se han establecido cuatro áreas prioritarias que requieren soluciones científico-tecnológicas:

• Energía

• Salud

• Agroindustria

• Desarrollo social, a partir del fomento de la inclusión social a través del apoyo tecnológico a micro empresas y economías regionales.

Para lograr aportes significativos desde la ciencia y la tecnología a estas cuatro áreas estratégicas, la política científica tecnológica argentina se focaliza en tres plataformas tecnológicas que atraviesan las problemáticas mencionadas: la biotecnología, la nanotecnología, y la tecnología de la información y la comunicación.

Así, el objetivo del Ministerio es poner la ciencia y la tecnología al servicio de un desarrollo que permita generar inclusión social sobre un nuevo modelo productivo. Avanzar hacia una economía basada en el conocimiento es la manera de llegar a una sociedad más justa. Y hoy Argentina posee condiciones favorables y desafiantes para trabajar en este sentido.

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Lic. Daniel Filmus

Ex Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología

Ciencia y modelo de desarrollo

“Ruptura y Reconstrucción”. La verdad, no se pudo haber elegido un título mejor. Este concepto resume tal vez como ningún otro los avatares por los que pasó nuestra ciencia. Y no sólo nuestra ciencia. Esta triste saga, es

la saga de nuestra sociedad toda. Porque la ciencia no está ni se hace en una torre de marfil, por encima de todo y de todos, sino que está inserta en el corazón de la sociedad, sujeta al ritmo al que ésta late.

Hoy, la Argentina viene de atravesar una de las crisis más graves de su historia. Y el rol que cumplió -o mejor dicho, que no pudo cumplir- la ciencia y la tecnología en cuanto al desarrollo es muy grande. Para entender esto basta con hacer un poco de memoria: la ruptura de la ciencia comenzó con la dictadura de Onganía y su ataque a la universidad. La Noche de los Bastones Largos fue, sin duda, un antes y un después para la ciencia argentina. En un mismo día 1700 científicos de la Universidad de Buenos Aires abandonaron sus cargos. La mayor parte de ellos fueron muy bien acogidos por los países centrales, aunque también por muchos países latinoamericanos. Pero esto no fue un hecho aislado, sino producto de una política deliberada para la implementación de un determinado modelo de desarrollo, en el cual la ciencia, evidentemente, no desempeñaría un rol protagónico ni mucho menos.

Pero no sólo la ciencia fue la víctima de esta dictadura y de la que vino después en 1976. Estos regímenes, en especial el último, también tienen el “honor” de haber transformado a la Argentina en uno de los pocos países del mundo que llevó a cabo un plan sistemático para desindustrializar el país. En buena medida, la dictadura argentina intentó terminar con un país que había logrado hasta el 70 ser el país más industrializado de la región.

Así, estas dos políticas, en la práctica, fueron de la mano: abortar la capacidad que tenía el país para producir bienes industriales, manteniendo una amplia fuerza laboral industrial, a la vez que diezmar la capacidad de producción científica y tecnológica a través de la persecución y consiguiente expulsión del recurso más valioso

que tiene un país: sus recursos científicos.

La última crisis económica que vivimos los argentinos a partir de 1998, y en especial desde el 2001, fue producto

de la aplicación de políticas neoliberales que tuvieron su origen en al última dictadura y como resultado produjeron: caída del PBI, redistribución regresiva del ingreso, y una crisis económica generalizada que llevó a que uno de cada cuatro argentinos estuviera desocupado. Tuvimos que esperar hasta el año 2003 para comenzar a recuperarnos.

Este, es el quinto año consecutivo que Argentina va a crecer un 9 por ciento. Sin embargo, no hay mucho para alegrarse. Recién hoy estamos arriba del producto bruto interno que teníamos en 1998. Todo este crecimiento está sirviendo para recuperar buena parte de lo que hemos perdido los años anteriores. Más aún, si uno mira el PBI del año 98 es casi igual al PBI que tenia Argentina en el 74. Este es el gran desafío que tenemos hoy: cambiar y sostener un modelo de desarrollo basado en la industria, en la ciencia, la innovación y la tecnología.

El gobierno nacional está haciendo un esfuerzo muy grande en construir hacia el futuro un país basado en la sociedad del conocimiento, en la capacidad de agregar valor a través del trabajo de nuestra gente.

Para ello, hemos cuadruplicado el presupuesto de ciencia y tecnología en los últimos años. Hemos avanzado fuertemente en el lanzamiento de proyectos científico tecnológicos y en un conjunto de políticas económicas que también tienden a colocar en el centro el tema de la justicia social.

Es en esta política estratégica en la que se enmarcan nuestros esfuerzos. A través del Programa RAICES de nuestra Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, procuramos vincular los científicos argentinos que están en el exterior y también darles la posibilidad de que vuelvan aquellos que quieren hacerlo.

Estas iniciativas son las que van a hacer historia, las que transforman estructuralmente y de fondo la realidad

Argentina.

Estamos definiendo, poco a poco y con mucho esfuerzo, una nueva Argentina donde las condiciones para el crecimiento estén vinculadas al desarrollo científico y tecnológico autónomo. Es imperativo cambiar un modelo que aún persiste en la argentina, basado en exportación de productos primarios de escasa elaboración.

Necesitamos poner como principal capital de nuestro pueblo la capacidad de dar valor para el desarrollo de una

Argentina con un perfil productivo totalmente distinto. En el centro de este nuevo modelo están nuestros científicos

y tecnólogos.

Si hay una lección que debe quedarnos clara es ésta: el país no tiene ninguna posibilidad de mejorar su productividad y competitividad, de cambiar su inserción en el mundo ni las condiciones de vida de su gente, si no es a través del conocimiento, la ciencia y la tecnología. Y no hay más tiempo que perder. No podemos volver atrás. No podemos permitirnos el lujo de volver a romper la ciencia y la tecnología nacional con la intención de volver a reconstruirla. El tiempo de la reconstrucción es ahora.



Bibliografía:

· Ruptura y Reconstruccion de la Ciencia Argentina. Ministerio de Ciencia, tecnología e inovacion productiva. ISBN: 978-987-1632-02-2

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