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El desarrollo de este blog en la materia “Proyectos de Investigación en Ciencias Naturales” esta destinado a los alumnos de 3er año A Polimodal del Instituto Don Bosco. El mismo es un esfuerzo por contribuir al desarrollo de la capacidad de abordar problemas desde una perspectiva científica, centrando su atención en el manejo de diversos procedimientos, y fundamentalmente, actitudes, sin que ello implique relegar los contenidos conceptuales. Por ultimo, también se pretende crear un espacio de construcción colectiva para el abordaje integral de la asignatura.


jueves, 17 de junio de 2010

La objetividad de la Ciencia y la problemática Litoral. “El día que la Neutralidad Valorativa se quedó muda”.

En esta ocación publicamos el articulo de Rosario Pantaleno. El mismo da cuenta de las presiones intrínsecas al trabajo de los cientificos, en el caso particular del análisis de la calidad del agua para uso recreativo, en el sector Norte del litoral de Mar del Plata. Estudios realizados por los Doctores Valllarino y Elias.

La objetividad de la Ciencia y la problemática Litoral. “El día que la Neutralidad Valorativa se quedó muda”.

En la actualidad, calificamos a la actividad llevada a cabo por los científicos como aplicable y relevante en lo que refiere a la resolución de problemáticas de índole nacional que afectan a la sociedad en su conjunto, tanto directa como indirectamente. Ahora pues, deben entrar en cuestionamiento los diversos intereses que se plantean ante la posibilidad de exponer los resultados científicos. La neutralidad valorativa es un término enunciado por Immanuel Wallerstein cuya definición se aproxima bastante a una postura ética propia del académico de revelar públicamente los datos obtenidos, "haciendo caso omiso de si sus resultados validan o no, o se contraponen o no por sí mismos a los valores aceptados por el investigador, por la comunidad más amplia, o por el Estado". Es decir, más allá de que los mismos agredan a los ideales o perspectivas de los diferentes actores sociales.
Del mismo modo, existen grandes empresas, estados, estratos sociales, a los cuales la expresión del conocimiento científico recientemente adquirido les resulta contraproducente; lo que puede ser originado por motivos de toda índole: desde beneficios económicos hasta la sensación de molestia por la contradicción de su postura ante una determinada temática. Al ser impulsados por esta razón harán todo lo que tengan a su alcance, CUALQUIER COSA para que ese conocimiento no salga a la luz, o al menos para que pueda ser modificado para no resultarles tan dañino.
Esa conflictividad entre presiones ajenas y el deber moral, se ve reflejada en el artículo de Elías y Vallarino, "¿Esperaremos hasta que una ola de materia fecal nos golpee el rostro para tomar medidas?". El profesional se atreve a denunciar una situación de contaminación en el área costera de la ciudad de Mar del Plata. Previamente a esta publicación, el autor de seguro ha sufrido las presiones de las autoridades municipales y empresas privadas en el proceso de divulgación científica. Este hecho puede ser justificado ya que las precarias condiciones del recurso natural, se corresponden con un sitio geográfico, previsto para grandes inversiones financieras, gracias a su calidad turística. Al exponer esta realidad ecológica, la zona pierde valor, en cuanto que deja de ser atractiva para el público. A pesar del remarcable impedimento mencionado, el académico citado da a conocer sus resultados, acorde con la neutralidad valorativa.
Gran parte de la sociedad dice sentirse alarmada e indignada por esta realidad que se repite desde hace décadas y otorgan la culpa a las grandes corporaciones, al estado nacional, o en su defecto, a la mass-media. Ahora preguntémonos, ¿hacia quién se encuentra dirigida esta información? ¿a quiénes están intentado presentarles sólo lo que sus ojos quieren ver? La respuesta está implícita. El motivante principal de esta urgencia por modificar datos empíricos, tiene como fin resultar más agradables al público implicado, a sus consumidores.
La comunidad encarna una trillada vida diaria producto del quiebre del sistema capitalista que se hace presente en nuestro tiempo. Es así, que el percibir otros inconvenientes aún más grandes, contra los cuales no se sienten aptos para luchar, deciden simplemente ignorarlos. Las grandes empresas se movilizan de un modo sorprendente para cubrir de ignorancia a la sociedad y así, utilizarla como una masa de disponibilidad, de acuerdo a sus propios intereses.
Entonces el cuestionamiento que se puede formular es: ¿Cuál debería ser entonces el accionar de los académicos al obtener un resultado que directa o indirectamente afectará a la sociedad? Si se enfocaran en el ya dejado de lado espíritu universitario o en su visión romántica de la investigación, actuarían conforme a su deber moral y lo publicarían de todos modos. Pero desafortunadamente, en ciertas ocasiones, la presión de grandes entes de poder sumado al desinterés de la comunidad desvirtúan el propósito informativo.
Hoy debemos aplaudir de pie, a aquellos intelectuales que siguen creyendo en una sociedad que incluya en su cultura a la ciencia, y por más de todos los impedimentos que se le puedan presentar, seguirán compartiendo abiertamente sus descubrimientos, aunque ello signifique que caigan en oídos sordos

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